
Antes por cualquier motivo las discuciones se convertían en peleas espantosas, eso sumado a la universidad, el trabajo, y el no dormir bien generaban en mí toda clase de alteraciones que terminaba, tarde o temprano, defogando en dichas peleas.
Ahora me siento bien, me encuentro bien y espero que la sonrisa que llevo a diario no se agote.
Relamente puedo, con esto, aconcejarles a todos que se relajen y que piensen mucho más en si vale discutir por eso, por auqello o por lo otro... en realidad es djar un momento para pensar en que parecemos niños engreídos cuando nos encerramos y nos encaprichamos en tener la razón siempre; creo que lo mejor es reírnos de nosotros mismos y de las actitudes infantiles que a veces tomamos -porque en realidad si ves dichas actitudes desde otro ángulo son casi cómicas-.